martes, 25 de marzo de 2008

A propósito del conflicto con el campo

En medio de la coyuntura político-económica, de los piquetes en 4x4, de las góndolas vacías y los precios en cifras siderales... Pero también, y para no ser menos, en medio de la inflación "M" (escrita y dirigida por Guillermo Moreno), en medio del resurgir del sindicalismo que lucha por los trabajadores (Hugo Moyano versión K), y de las bravuconadas de Míster Fernández (por Alberto, el opinólogo sabelotodo), bien vale recordar unas palabras un poco añejas...


"La propiedad mobiliaria habría dado al pueblo la libertad política, desatado las trabas de la sociedad civil, unido entre sí los mundos, establecido el humanitario comercio, la moral pura, la amable cultura; en lugar de sus necesidades primarias habría dado al pueblo necesidades civilizadas y los medios de satisfacerlas, en tanto que el terrateniente (ese ocioso y molesto acaparador de trigo) encarece para el pueblo los víveres más elementales y obliga así al capitalista a elevar el salario sin poder elevar la fuerza productiva; con ello estorba la renta anual de la nación, la acumulación de capitales, esto es, la posibilidad de poder proporcionar trabajo al pueblo y riqueza al país. Finalmente la anula totalmente, acarrea una decadencia general y explota avaramente todas las ventajas de la civilización moderna, sin hacer lo más mínimo por ella e incluso sin despojarse de sus prejuicios feudales. Basta, por último, con que mire a su arrendatario (él, para quien la agricultura y la tierra misma sólo existen como una fuente de dinero que se la ha regalado) y diga si él no es un canalla honrado, fanático y astuto que en corazón y en realidad hace tiempo que pertenece a la libre industria y al dulce comercio por mas que se oponga a ellos y por más que charle de recuerdos históricos y de finalidades morales o políticas. Todo lo que realmente alega en su favor sólo es cierto respecto del cultivador de la tierra (del capitalista y de los mozos de labranza), cuyo enemigo es más bien el terrateniente; testimonia, pues, contra sí mismo. Sin capital, la propiedad territorial sería materia muerta y sin valor. Su civilizado triunfo es precisamente haber descubierto y situado el trabajo humano en lugar de la cosa inanimada como fuente de la riqueza..."


Karl Marx, "Antitesis del capital y el trabajo.Propiedad privada y capital", en los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844.


"Las penas y las vaquitas se van por la misma senda. Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas..."

Atahualpa Yupanqui


Gustavo Lamouret

lunes, 10 de marzo de 2008

La mirada de un educador

¿Cuál es el fin de la educación?
Es un proceso social utilizado por las clases dominantes, en el marco de una sociedad clasista, con el objeto de construir un poder hegemónico.
¿Cuál es el sujeto de la educación?
En el contexto de una sociedad elitista no hay un sujeto, sino que hay circuitos diferenciales en función de una reproducción de la desigualdad social.
¿Que enfoques utiliza en sus clases?
Enfoco la clase como un espacio político, en el cual, lejos de hacer un adoctrinamiento, intento aportar los contenidos y desarrollar estrategias tendientes a la toma de conciencia, dentro de la exploración que hay en la sociedad capitalista. En esa dirección intento hacer un humilde aporte.
Utilizo una metodología expositiva, lectura en pequeños grupos, el debate, la elaboración de cuadros, audiovisuales y la búsqueda de saberes previos. Porque uno de los secretos es tener variedad de recursos, para poder llegar en forma diferencial a la totalidad de los estudiantes.

¿Qué es el acto educativo?
El acto educativo, es un acto eminentemente político, de lucha y de disputa por la hegemonía.
Como docente, ¿usted cree que logra su fin?
Es incierto, uno cree que sí en ocasiones, pero no se tiene una devolución sistemática para saber si eso es así. Además, los objetivos son colectivos y uno no sabe cuánto de su aporte sirvió.


(Entrevista realizada a Gabriel Sivinian, Director de Estudios y profesor de Sociología del Instituto “Alfredo L. Palacios”).

A manera de cierre, algunas frases de Paulo Freire, uno de los mayores exponentes de pensamiento critico:

“ La pedagogía del oprimido deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.”

“El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.”


Carlos Rojas Surraco