jueves, 28 de febrero de 2008

Diario del viaje a Bolivia

En febrero de este año Kosovo declaró su independencia y logró ser reconocido como tal por la Unión Europea. Se produce así una nueva sangría en lo que alguna vez fuera la antigua Yugoslavia. Una ola de euforia recorre cada una de las regiones que, con banderas de nacionalismo y autonomía mediante, promueve el separatismo de las naciones que integran. Cada caso debe ser contemplado de manera particular. No todos los reclamos son lo mismo ni van tras los mismos intereses de sus pueblos.

Mientras esto ocurre, recorro las calles de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. Provincia con un clima tropical que me recuerda a descripciones marquezanas de Macondo; rica en petróleo, gas, y tierras; con haciendas repletas de ganado y trabajadores rurales; y con los contrastes típicos de cada una de las ciudades latinoamericanas: poca gente con mucho dinero, mucha gente viviendo en condiciones de pobreza. Me llama la atención la cantidad de camionetas de lujo 4x4. Escucho que esto se debe a las características físicas del territorio.

Escucho a la misma gente de las camionetas quejarse del presidente indígena que tienen en suerte. Y lo escucho también de aquellos que no las tienen, aquellos que poco tienen y que sólo se distinguen de su presidente por ser "cambas" y no "collas". Hablan del peor gobierno de la historia de Bolivia... Leo mis apuntes de historia y no entiendo. Quizás por no ser colla, ni camba, ni chapaco, ni chaqueño... Hay racismo en sus palabras. Lo dicen en las paredes:

Para algunos el argumento es lógico y legítimo: "Aportamos mucho de nuestras ganancias... Y el Gobierno sólo ayuda a los collas de El Alto". Por eso quieren autonomía económica, pero también de la otra... para no tener que convivir con "ellos". Leo un titular del diario El Mundo en el que Evo Morales dice: "Santa Cruz no es Kosovo". No entiendo... "Siempre libres", dice el edificio municipal.


Dejo Santa Cruz y viajo a La Paz. Podría pensar por lo que escuché que partía hacia otro país. Pero no es así. Ahí me encuentro con gente humilde, pero también con otros que económicamente están muy bien. De los cerca de 9 millones de habitantes que tiene Bolivia, casi 2 millones se encuentran en la zona de La Paz y El Alto. Aquí está la base de respaldo al Presidente y aquí las pintadas hablan otro idioma: "Evo se queda y la revolución avanza".

Me olvido de las noticias para conocer y quedarme en alguna de las islas del mítico Lago Titicaca, aquel que en el pasado fue venerado por los incas y hoy es considerado como uno de los lugares más puros del mundo. Las leyendas abundan: una asegura que el Sol y la Luna se refugiaron en sus aguas, en la oscuridad, durante los días del diluvio, y allí se encontraron los dioses que dieron origen al mundo. También contaban los pobladores del imperio incaico que un día el Inca Manco Capac y su hermana y consorte, Mama Ocllo, salieron de las aguas del lago con el mandato de su padre, el Sol, de fundar el imperio uniendo las culturas indígenas en nombre de la paz y la civilización. Ese imperio fue el Tahuantinsuyo, que tenía en esta región del Lago –hoy compartido entre Bolivia y Perú– un tesoro natural donde criar llamas y alpacas, cultivando quinoa, papa y café. En este “suyo” o región del imperio, además, las entrañas de las montañas eran ricas en oro y plata, los metales que los incas ofrendaron a los dioses... y los conquistadores a sus reyes.

Comparto los días en la Isla del Sol con gente que habla poco español, que todavía conserva su aymara de origen. Ellos no saben nada de autonomías, y menos de kosovares, y la mayoría no viajó nunca a Santa Cruz. Sólo usan sus botes para pescar por la mañana y volver a la isla. Rostros que los cruceños no ven con su autonomía. Rostros que los avergüenzan y que alguna vez fueron lo mismo.

Soñar con una hermandad latinoamericana, cuando cada uno de nuestros países esconde tantas segregaciones, indiferencias, y hasta odios, parece mucho más que una utopía...

Gustavo Lamouret (escrito antes de la agresión colombiana a territorio de Ecuador)

viernes, 8 de febrero de 2008

La unidad de los estudiantes

Como todos sabemos en la década de los 70 el movimiento estudiantil era muy fuerte políticamente y tenia un gran compromiso social, como olvidar la presencia que tuvieron durante el Córdobazo (luchando junto al movimiento obrero) o como pelearon para conseguir el boleto estudiantil y revindicar sus derechos como estudiantes. Sin embargo el Golpe de Estado del 76 y los gobiernos democráticos que le siguieron, ayudaron para que poco a poco este gran movimiento se vaya desarticulando, hasta llevarlo a su desaparición. Esto fue lo que paso en la mayoría de los secundarios durante la década de los 90, los centros de estudiante se fueron extinguiendo y en aquellos caso en que un grupo de estudiantes querían formarlo no había consenso entre el estudiantado porque no les interesaba. En los terciarios o en la facultades paso y pasa exactamente los mismos. Esto sólo nos demuestra que la teoría que implemento la dictadura, que en las instituciones educativas "sólo se va a estudiar y no hacer política" perduro durante la democracia. Sin embargo tras distintos hechos sociales como la lucha de los docentes y su carpa blanca, el 19 y 20 de diciembre, entre otros, han generado que ese estudiantado que se creía perdido vuelva a tomar un compromiso, porque en fin, la educación es política y educar es hacer política y los estudiantes no podemos permanecer ajenos a los cambios y a los procesos que vienen ocurriendo en nuestro país y en el resto de América Latina, como esta ocurriendo en Venezuela, Bolivia, Ecuador y como hace casi 50 años viene haciendo Cuba. .Es por eso, que los estudiantes secundarios, terciarios y universitarios debemos unirnos, para volver a luchar por lo que nos correspondes, que son nuestro derechos, una mejor educación que este al servicios de las clases populares y no continuar con lo que hizo el menemismo y quiere continuar el macrismo que "mientras mas pagas mejor educación tenes" desprestigiando a la educación publica gracias a su Ley Federal de Educación y con la nueva Ley de Educación, ya que, con estas leyes que desprestigian a la Educación Publica, hacen muchos padres inscriban a sus hijos en instituciones educativas privadas, contribuyendo a llenar los bolsillos de la clase dominante. Pero sobre todo los estudiantes debemos unirnos para llevar a cabo el sueño que tuvieron aquellos jóvenes de los 70 y por lo que lucharon y que llevo a que hallan 30.000 compañeros detenidos-desparecidos, ese sueño es el SOCIALISMO, para que en nuestro país como en el resto de Latinoamérica allá justicia social e igualdad de oportunidades para todos. Por eso creemos que es necesario ponernos a trabajar rápidamente y concientizar a los compañeros, para que formen nuevos centros de estudiantes y de esa forjar la unidad, ya que, si en realidad queremos cambiar las cosas debemos comprometernos.


Eso es lo que esta haciendo nuestro centro junto a otros centros o asambleas de estudiantes de nivel terciario dentro de Interterciarios, pero Interterciarios se ocupa de los problemas de los estudiantes sino, que también se preocupa por la educación publica, por que junto con Ademys y asambleas de maestros participamos en la COORDINADORA X LA ESCULA PUBLICA, con la simple intención de hacer de ella una escuela para todos.

Carlos Rojas Surraco


Crueles diferencias - Destinos marcados

Las imágenes que se presentan a continuación dicen todo por sí solas. Es una obviedad que todos los seres humanos no nacemos iguales. Y es una suerte que sea así. Imaginemos un mundo con todas personas iguales a... Hitler, por ejemplo. Horror. Y un mundo en donde las mujeres y los hombres sean iguales entre sí, con lo cual, todos deberíamos enemorarmos del mismo tipo de persona, por caso. O también, todos ser amigos de seres similares, sin esas particularidades que nos hacen tan valiosos (o miserables) como humanos. Más allá de la globalización, entonces, muchos no queremos un mundo de clones. Aunque se "venda" como adelanto científico, como progreso, queremos seguir teniendo hijos como fruto del amor o de lo que sea... pero no elegidos por su color, sexo o tamaño, fabricados por un laboratorista de ocasión.

Si todos no nacemos iguales, entonces, tampoco debemos creer que todos nacemos con las mismas posibilidades. Desde chicos nos enseñan a jugar, o jugamos solos mejor dicho, hasta que nos enseñan a "jugar con reglas". Porque los niños juegan desde que pueden hacerlo, y tratan de seguir jugando hasta que los adultos se lo prohíben, porque empiezan las "responsabilidades" y demás... Y jugar con reglas significa, por ejemplo, que en una carrera de velocidad, los competidores largan desde la misma línea. Nadie puede adelantarse! Eso sería una especie de igualdad. Pero no alcanza. Porque aquel corredor que tenga mejores condiciones físicas, tiene ventaja con el resto. Y esas condicones pueden ser naturales, pero también sociales... ¿Y si uno de los que corre no comió? ¿Y si durmió en el banco de una estación de trenes, mientras el resto lo hizo en una cómoda cama king size? Con este mismo argumento, se vende como "óptimo" el libre mercado... ¿libre? Dicen que ahí van los compradores y vendedores y "libremente" eligen los precios o las condiciones de los intercambios que realicen... ¿y los monopolios?

Podríamos seguir dando más detalles que no van a agregar mucho más que lo que las fotos que siguen nos muestran. Mientras la primera nos muestra la comida para una semana de una familia alemana tipo, la segunda expone la comida para una semana de una familia de refugiados de Chad, África.

Me parece ver unas sonrisas o intento de ellas en las caras de esos simpáticos "negritos". No así en esos adustos rostros germanos. ¿Sabrán el destino que les espera a cada uno?


Gustavo Lamouret




La revolución es un sueño eterno

La revolución es un sueño eterno. Para hacer una revolución hay que estar enamorado. Enamorado de ese hombre nuevo al que vamos a buscar. No hay que escatimar en nada, no hay que poner peros, se revoluciona y listo. No hay que caer en mediocridades y en incertidumbres. ¿Miedo? Si , el miedo existe, paraliza, pero la revolución es más poderosa. Revolucionar no sólo es agarrar un arma y matar a tu enemigo, sino es hacer un cambio profundo. Cambiar de raíz y encontrar a ese hombre o mujer nuevos que tanta gente busca en ciudades como esta.
No puedo entender como jóvenes de 20 a 30 no buscan su propia revolución y andan enfermos y adormecidos por este sistema que todo te da en la boca y no deja que nuestra imaginación trascienda.
Compras, viajes, tarjetas de crédito, habladurías, todo contribuye a que reproduzcamos el sistema.. Todo contribuye a que sólo hagamos actividades que necesitan ir y abandonar si queremos, y eso lo llevamos a todo espacio de nuestra vida. Comenzamos algo y lo dejamos enseguida. Nada nos llena, nada nos completa, NADA NOS COMPLETA. Todo es efímero, la felicidad está volcada en una simple adquisición material y no espiritual. Por eso, la gente no es feliz, por eso no disfruta de las pequeñas cosas.
¿Y el amor? No existe. En estos tiempos el amor no existe. Muchos dicen que sí pero nadie lo demuestra. Nadie deja nada, nadie se juega por el otro. Todos juegan a lo seguro, cómodos y fáciles, mueven las piezas más fáciles de mover. Nadie busca su revolución, nadie quiere dejarse revolucionar por el amor.
Amor. Nadie entiende que esta palabra está sobre todo. Sobre cualquier cosa. Sobre el dinero, sobre los amigos, sobre la familia, sobre el trabajo, sobre el estudio. SOBRE TODO. Quizás sea muy romántico, pero les puedo asegurar que se puede vivir de amor, pero no se puede vivir sin él. El que a él lo tiene, tiene todo, es feliz, es millonario. Es el verdadero revolucionario del siglo XXI.
Tiene sus complicaciones, tiene sus chicanas, tiene sus debilidades, pero aquél que lo puede trabajar y entender, es distinto. Es feliz.
Comienza a disfrutar de las pequeñas cosas, de aquellas que no se venden en centros comerciales, en locales de marcas, que no están a la moda.
Es difícil de entender, pero la revolución siempre llama a tu puerta, el tren siempre pasa. Algunos se suben, otros no.
Ya no vendrá ninguno de los más grandes revolucionarios del siglo XX para darnos la razón, todos murieron en su propias creencias y todos trascendieron. Todos vencieron a la muerte por la simple razón de dejarse enamorar de las pequeñas cosas. Guevara, Chico Mendez, Emiliano Zapata, Gandhi, La Madre Teresa, Mather Luter King, y muchos otros que fueron insurgentes y no se dejaron vencer por este mundo que agobia.
Ven y lléna tu Zócalo de millones de personas, ven y toma tu Habana, ven y pelea por los sin tierras del Brasil, ven y pelea contra Inglaterra vestido simplemente con una sábana, ven y fírmale la guerra a tu propio país (capital del imperio mundial). Simplemente ven y realiza tu propia revolución interior y ciérrale la boca a todos diciendo “disculpen las molestias, esto es una revolución”.
Disculpen pero yo quiero amar, disculpen pero yo quiero enamorarme de las pequeñas cosas, disculpen pero yo no quiero usar ropa de marca, disculpen pero yo no quiero felicidad efímera, disculpen pero yo quiero mirar a los ojos y entender sin hablar. Disculpen pero yo quiero criar a mis hijos en libertad, disculpen pero yo quiero elegir a mi mujer por su corazón y no por su belleza exterior, disculpen pero yo no voy con ustedes, yo me quedo mirando a esa mariposa que vuela en medio del embotellamiento.
La revolución es un sueño eterno, me ayuda a caminar y mirar para adelante.

Christian Trotta